¡Oh, Señor!,
Acudimos confiados a tu divina potestad
para que en mérito a tu infinitamuestra de amor
de Padre y Protector dispongas
que el Arcángel Miguel proteja
como ayer, hoy y siempre
a la indefensa humanidad,
especialmente a los niños.
Que el espíritu maligno
sea definitivamente aniquilado
y que el amor reine entre nosotros
así como tu amor se nos manifiesta
pleno e inagotable.
Amen.