jueves, 27 de junio de 2013

LA INVOCACION A LOS 72 ANGELES DE LA CABALA





LA INVOCACION A LOS 72 ANGELES:

COMO ENTRAR EN CONTACTO CON LOS ANGELES
 
 
Para empaparnos de las virtudes de los Angeles o Genios de la Cabala, es necesario entrar en contacto con ellos, y ello se consigue a través de las plegarias que ofrecemos a continuación.

Formular el rezo que corresponde a cada uno de ellos equivale a marcar su "número de teléfono" particular. A través del rezo, nos acercamos al Angel, formamos con él una unidad. Si elevamos diariamente una plegaria al que rige por Domicilio (por ejemplo del 21 al 25 de Marzo, conviene rezar al Angel 1) y al que rige por Rotación (averiguando el grado en que se encuentra el Sol en ese día), nos "empaparemos" de su presencia, captaremos por vía intuitiva una serie de conocimientos que no hubiéramos podido captar de otra manera, no sólo en el ámbito espiritual, sino también en el material.
 
Pero es fundamental tomar conciencia de que conectar diariamente con los rezos y exhortos de los Genios no es como leer la prensa o una novela, es decir algo que puede dejar de hacerse y no pasa nada, sino que encierra un significado grandioso. En efecto, el programa adscrito a cada Angel o Genio, cada día del año determina la clase de energía que el cosmos nos manda en aquel momento para que la desarrollemos y la transformemos en situaciones y actos generadores de conciencia.
 
Existen pues varios tipos de programas-asignaturas que llevar a cabo: Los que corresponden a los tres Angeles tutelares y que, como hemos visto, parten de la posición del Sol de nacimiento de una persona. Éstas pueden ser consideradas como las asignaturas principales que habrá que desarrollar a lo largo de toda una existencia.
 
Pero paralelamente, existen una serie de programas colaterales -igual que en cualquier programa de estudios que todos los seres humanos han de ir trabajando de forma colectiva cada día.
 
Por lo tanto, quienes deseen vivir en armonía con las fuerzas del cosmos,-condición sine qua non para conseguir una armonización interna y un estado de paz y serenidad-, deberán hacer un pequeño hueco en su agenda diaria para sintonizar con el rezo y el exhorto del Angel correspondiente, con el sincero propósito de intentar captar el mensaje y llevarlo a la práctica.
 
Daremos de ello un ejemplo práctico para despejar las posibles dudas. Tomando una fecha al azar, por ejemplo el, 28 de Noviembre de 1994, decido conectarme con el Genio que rige por domicilio, para aprovechar plenamente las energías en curso. Es el que domina del 28 de Noviembre al 2 de Diciembre (aproximadamente):<Daniel> el nº 50. Primero lo llamo a través de la plegaria, en la que le ruego que me conceda la fuerza y la luz necesarias para "ser capaz de revelar a los demás su potencial dormido, para hacer nacer en ellos una nueva ilusión, sacándolos de su indecisión", según dice el rezo.
 
Una vez en posesión de este maravilloso carburante, me dispongo a meditar sobre el exhorto para ver qué es lo que quiere de mí el Genio, qué es lo que espera que yo haga. El exhorto dice que el ángel espera que yo utilice su energía -la que él me ha dado cuando se la he pedido a través del rezo para insuflar el deseo de ponerse en marcha a aquellas personas que por un motivo u otro están vegetando, a aquellas que se han parado, que han perdido la ilusión por vivir, de manera que después de hablar conmigo tengan nuevos deseos de combate, tengan fuerzas para enfrentarse a la vida y para acometer nuevos proyectos.
 
Acto seguido, intento hacer un recuento de las personas que me rodean para saber si una de ellas necesita este tipo de ayuda. No resulta nada difícil encontrarla porque las gentes sin ilusiones que en vez de ser, simplemente están, pululan por todas las esquinas.
 
Pienso en una conocida en concreto,-llamémosle María-, y empiezo a diseñar una estrategia para brindarle la ayuda que yo creo necesaria. En efecto, hace falta cierta estrategia porque no puedo llamar de repente a esta persona y decirle que le voy a dar una receta para que salga del tedio en que está sumida. Podría interpretarlo como una intromisión en su vida privada o como una muestra de suficiencia por mi parte. Además, recuerdo que el Cristo dijo en cierta ocasión, cuando una mujer le requería desde su casa a lo lejos para que curara a su hijo enfermo, que había que esperar a que el otro hiciera la mitad del camino.
 
El Cristo esperó a que la mujer, en un acto de voluntad e iniciativa propia, saliera de su casa y se dirigiera hacia Él. Y cuando la mujer había recorrido la mitad de la distancia que la separaba del Maestro, éste le indico que podía volver con su hijo, porque ya estaba curado.
 
Con ello no me estoy comparando con el Cristo (jamás tendría esa osadía), sino que intento, en la medida de mis posibilidades, adoptar las mismas pautas, imitar sus métodos.
 
Pero ¿cómo lograr que una persona se acerque a mí sin que yo se lo sugiera directamente? Pues muy sencillo, a través de la plegaria y la meditación, dirigiéndome a su alma, mucho más receptiva que el cuerpo, ya que está despojada de máscaras y prejuicios de todo tipo. Tras rezarle a <Daniel>, le comunico que si me considera apta para ayudar a la persona en cuestión, se lo transmita a su alma de manera que físicamente ella encuentre algún motivo o excusa para ponerse en contacto conmigo. Sólo me queda esperar a que todo ello surta efecto, cosa que no dudo porque no es la primera vez que realizo este ejercicio.
 
Transcurridos cuatro días, "María" me llamó diciéndome que tras haber leído un trabajo mío en una revista se había acordado de mí y que le apetecía mucho verme. Lo del trabajo en cuestión fue sin duda una excusa inconsciente que me había puesto María, ya que era evidente que su llamada era una respuesta a la que yo le envié a través del Genio <Daniel>.
 
María vino a verme y me contó que estaba muy desmotivada porque se encontraba sin trabajo desde hacía mucho tiempo. Me habló de sus desengaños en relación con este tema. Le monté la carta astral y juntas comprendimos el porqué de sus disgustos. Intenté como pude descubrirle horizontes para ella inexplorados y sugerirle nuevas actividades.
 
Finalmente, cuando nos despedimos, aparentaba ser otra persona. Había descubierto aspectos de sí misma que ignoraba por completo y se llevó con ella la semilla de nuevas ilusiones que deberá encargarse de hacer fructificar. Le di mentalmente las gracias a <Daniel> por haber escuchado mi plegaria y por haberme permitido cristalizarla con tanta eficacia y rapidez.
 
La última vez que invoqué al Genio <Daniel> fue el pasado 7 de Octubre, (ese día regía por Rotación) a primera hora de la mañana.
 
Me contenté con recitar su plegaria sin pensar en nadie en concreto, pero eso sí, masticando cada concepto, intentando penetrar en el sentido profundo de cada palabra. Por la tarde, me llamó por teléfono una persona de la que llevaba al menos seis meses sin saber nada para contarme que se encontraba muy desmoralizada, como bloqueada, por culpa de unos problemas familiares.
 
Como estoy absolutamente convencida de que la casualidad no existe, pensé inmediatamente en <Daniel> y en lo bien que hacía su trabajo. Estuve pues hablando largo y tendido con esta persona, intentando animarla y hacerle ver sus problemas de forma positiva, o en todo caso bajo un prisma totalmente distinto. La ayudé de alguna manera a salir del ruedo para ver los toros desde la barrera, a mayor distancia, con más objetividad.
 
Luego intenté conectarla con unos proyectos que yo traía en mente para motivarla un poco, a sabiendas de que “CUANDO UNO ACTIVA SU VOLUNTAD (es decir, Kether) EN CUALQUIER SENTIDO, LOS PROBLEMAS SES ESFUMAN PORQUE EMPIEZA A PERFILARSE UNA NUEVA REALIDAD QUE BARRE LA ANTERIOR”. Creo que el resultado de todo ello fue positivo para esta persona pero, como en el universo todo lo que se da también se recibe por otro lado, y muchas veces multiplicado, yo también saqué de ello un beneficio, porque gracias a aquella conversación volvió a tomar cuerpo para mí un proyecto muy querido que había aparcado momentáneamente porque no llegaba a concretarlo, a darle forma.
 
Al hablar de ello, empezaron a surgir en mi mente como los brotes de mayo una serie de ideas originales que me han permitido completar el puzzle y darle una forma bien definida.
 
Así que las cuatro horas que invertí (nunca mejor dicho) en ayudar a aquella persona han resultado para mí altamente beneficiosas. Y de paso me permitieron comprender una vez más de forma práctica la mecánica de los Angeles o Genios de la Cábala.
 
Ganarse la confianza de un Genio, y por tanto conseguir que nos conceda sus virtudes, no sólo consiste en mandarle un rezo, sino en cumplir con una serie de requisitos, el primero de los cuales consiste en ser fieles a sus mandatos, es decir a lo que el Genio espera de nosotros.
 
Y esto puede averiguarse meditando sobre el Exhorto.
 
En la plegaria le pedimos algo al Genio, y en el Exhorto, él nos lo pide a nosotros.
 
Supongamos por ejemplo que aspiro a llevar a cabo algún tipo de heroicidad en un campo cualquiera; recurriré para ello a <Vehuiah>, Genio nº 1 y le pediré, a través de su plegaria, ser "el abanderado, el héroe, el primero, el (la) que posee la superabundante energía con la que se realizan los milagros, etc." Si he nacido del 21 al 25 de Marzo, o bien si mi Sol se encuentra en los grados indicados antes de la plegaria (12 a 13 de Géminis, 24 a 25 de Leo, etc...) es decir si <Vehuiah> es mi Genio Físico o Emotivo, podré invocarlo cualquier día del año y a cualquier hora.
 
Pero si no es uno de mis tutelares, entonces tendré que respetar sus horarios de "ventanilla": del 21 al 25 de Marzo, o cuando el Sol se encuentre en los grados citados (vienen indicados justo antes de la plegaria) o bien en sus veinte minutos de regencia diaria, es decir a las 0h a las 0.20 min después de la salida del Sol. Por ejemplo, el 28 de Noviembre el Sol (según el calendario zaragozano) sale a las 7.15h.
 
Pero como llevamos en este momento una hora de adelanto, en mi reloj sale a las 8.15h. Los veinte minutos correspondientes a <Vehuiah> son pues, en este día, los que van de las 8.15 a las 8.35h.
 
Pero este cálculo tendré que hacerlo a diario si quiero aprovechar, para éste o para otros Angeles, los veinte minutos de regencia, ya que el Sol sale cada día a una hora diferente y tendré cuidado de tomar la hora de salida del Sol del lugar en el que me encuentro ya que, por ejemplo, el Sol sale en Barcelona 22 minutos antes que en Madrid.
 
Pero como sé que antes de recibir, hay que dar, averiguaré qué es lo que requiere de mí <Vehuiah> en su Exhorto: me habla de acercarme a la "Religión del Padre", y como no ignoro que hay que leer estos mensajes entre líneas, sé que no me está pidiendo que me afilie a ninguna secta ni que acuda a ningún grupo religioso en especial. Religión viene de religare = volverse a unir, por lo tanto lo que tengo que hacer es intentar unirme a ese Padre, que no es otro que mi Ego Superior, la parte divina de mi personalidad.
 
A través del rezo, de la meditación o del estudio del programa de los Genios que rigen los planetas de mi tema astral, tengo que intentar averiguar qué lecciones me tiene preparadas ese "Padre" interno y estar dispuesta a asimilarlas. De esta forma, estaré cumpliendo con los designios de <Vehuiah> y podré esperar que en contrapartida, él también me conceda lo que yo le pido.
 
Claro que esto a mí me resulta fácil porque juego con ventaja, al poseer previamente nociones de Astro-Cábala y conocer al dedillo, mi programa profundo.
 
En cambio, ¿qué puede hacer una persona que no tenga ni la más remota idea de cuál es su programa? Pues simplemente, conectar con sus Genios tutelares o con los que rigen cada día del año y lo demás vendrá por añadidura.
 
En efecto, la conexión con los Genios contribuye a elevar nuestro nivel de vibraciones y de comprensión. Aunque una lección o una materia nos parezca difícil o incluso incomprensible, el hecho de acercarnos al profesor que la imparte, de darnos a conocer, de presentarle nuestra "tarjeta de visita" hará que éste nos tome más en cuenta y se esfuerce el doble para que alcancemos la comprensión. Lo que ocurre en la Universidad también pasa en el cosmos ya que "como es arriba es abajo".
 
Supongamos que hoy requiero los servicios de <Mumiah>, el último Angel. Se indica que en el ciclo diario su "ventanilla" se abre de las 23.40 a las 24h después de la salida del Sol.
 
Al dato 8.15h (hora en que sale el Sol hoy) le añado pues 23.40 y obtengo 31.55, pero como sea que el día no tiene más de 24 horas, a 31.55 le resto 24h y obtengo las 7.55h, desde esta hora (del día siguiente), hasta veinte minutos más tarde, es decir hasta las 8.15h, podré dirigirme a <Mumiah>
 
Resumiendo este capítulo, diremos que las Plegarias y Exhortos tienen por objeto hacernos entrar en sintonía, o sea armonizar nuestra intensidad vibratoria con la Fuerza que preside cada jornada, a fin de trabajar al unísono con ella. Cuando esto se consigue plenamente, la ciencia de que es portador el Angel nos es infundida poco a poco, y acabaremos por saberlo todo sin necesidad de un estudio analítico. Conviene pues meditar estos textos ya que entre líneas se esconde un conocimiento más profundo que el que pueda ser expresado por vía intelectual.
 
Al invocar a los Angeles, estaremos actuando sobre el mundo de manera muy intensa y contribuiremos a su armonización ya que ellos están ahí para descargar sus virtudes sobre los hombres que se las reclaman. Kabaleb decía a menudo que si el mundo estaba tan desquiciado era porque nadie solicitaba las virtudes de Dios, nadie se aprovecha de la ley del "pedid y se os dará".
 
Es importante recalcar que las peticiones a los Angeles requieren cierta dosis de rigor y de lógica, teniendo en cuenta que todo deseo o anhelo comunicado a la divinidad ha de obtener su respuesta un día u otro porque así está establecido.
 
Por ejemplo imaginemos que una persona con vibraciones muy bajas (porque fuma demasiado, se droga, porque es codiciosa, etc.) decide, porque posee cuatro conocimientos, abrir un centro de meditación o una escuela esotérica para impartir estos conocimientos y de paso hacer un buen negocio, y que solicita para ello la ayuda de sus Genios tutelares, o bien de los Genios que se ocupan de proporcionar éxito en las empresas.
 
Puede ocurrir que la llamada -sobre todo si es intensa y repetida obligue a las entidades angélicas a desembarcar en los aposentos internos de la persona en cuestión. Y entonces lo superior se comerá literalmente a lo inferior, lo disolverá desequilibrando la salud de la persona aludida, su estructura se derrumbará hasta que comprenda que sus problemas nacen de su falta de coherencia. Y tal vez le cueste entender por qué, dedicándose a la espiritualidad (aunque a tiempo parcial) su salud es tan mala y las cosas le van tan mal.
 
Por otra parte, si se acude al Genio de la prosperidad para pedirle que nos toque la lotería y ello no entra en nuestro programa para la presente vida, nada lograremos. En cambio, si en vidas pasadas hemos dado a los demás nuestros valores, materiales, emotivos o mentales, es muy posible que la experiencia de la prosperidad económica sí esté inscrita en nuestro programa, de forma natural (por nacer en una familia con muchos medios), o a través de la suerte en el juego por ejemplo. En este caso, el Genio sí podrá atender la petición.
 
 
 

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