Tu ángel custodio, o de la guarda, te asiste en todo momento, día y noche, desde que llegaste al mundo hasta tu paso al mas allá y estará a tu lado en el Juicio Final.
Tu ángel te quiere, camina contigo, se alegra contigo, se entristece cuando tú estas triste, llora cuando tú lloras.
Recuerda las palabras de Jesús acerca de los ángeles custodios de los niños:
"Sus ángeles en los cielos están viendo siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mt. 18, 10).
Piensa que estando cerca de tí en todo momento, contemplo la faz resplandeciente de belleza y serenidad de nuestro Padre Celestial. Algún día la contemplaremos juntos, llenos de felicidad ante esta visión bienaventurada. No puedes imaginar, ni remotamente, esta felicidad que sobrepasa el entendimiento humano.
Me alegro ya pensando en el día que tú la descubras a mi lado.