Glorioso Arcángel Miguel,
príncipe de la milicia celestial,
defiéndenos de todos nuestros enemigos,
visibles e invisibles,
y no permitas que cedamos bajo su tiranía.
San Gabriel Arcángel,
que justamente eres llamado la Fuerza de Dios,
pues fuiste elegido para anunciar a María
el misterio por el cual tenía que manifestarse
el Omnipotente,
haz que conozcamos los tesoros escondidos
en la persona del Hijo de Dios;
sé nuestro mensajero junto a su Madre Santa.
San Rafael Arcángel,
guía caritativamente a los que viajan,
ya que con tu potencia divina
haces curaciones milagrosas,
dígnate guiarnos en nuestra peregrinación terrena, sugiérenos los verdaderos remedios
que puedan curarnos.