En el nombre y poder de la presencia del Dios
que nos creó a todos,
Con humildad y reverencia me inclino en adoración
delante de San Miguel,
Príncipe de los Arcángeles,
Príncipe de los Arcángeles,
y con fe sublime y absoluta,
invoco aquí y ahora su divina y bendita presencia.
Oh, Arcángel Miguel,
Hijo de Rey de Reyes,
Protector y defensor divino
de la luz espiritual dentro de los corazones
de toda la humanidad,
y de la fe del hombre en Dios,
restaura para el cielo
cada corriente de vida que se haya apartado
cada corriente de vida que se haya apartado
del estado de Gracia y Armonía Divina.
Prepara la entrada a los reinos celestiales
para toda vida morando en el planeta tierra.
Remueve todo miedo,
sus causas y sus núcleos en mi mismo,
en toda la humanidad
sus causas y sus núcleos en mi mismo,
en toda la humanidad
y aquel anclado en los elementos hasta ahora,
y sustitúyelos con amor,
paz e iluminación divina.
paz e iluminación divina.
Parado como un servidor de Dios y de la luz
en nuestros corazones,
en nuestros corazones,
con tu espada, tu escudo
y tu círculo de pureza,
exorciza esta...
(se menciona aquí el nombre,
asunto, lugar, casa...)
asunto, lugar, casa...)
atraviésalo con tu espada y
con tu poderosa explosión de luz azul,
llénalo de Paz y Armonía
y protégelo eternamente.
Humilde y agradecido, me inclino
ante tu poderosa presencia.
Gracias infinitas, Arcángel Miguel.
