Oh San Miguel Arcángel,
postrado en Espíritu delante de tu altar,
en la Sagrada cueva que tú mismo consagraste
en el Monte Gargano, tu roca fuerte terrenal,
yo te reconozco eterno defensor
de los Derechos de Dios en el Cielo y en la Tierra;
postrado en Espíritu delante de tu altar,
en la Sagrada cueva que tú mismo consagraste
en el Monte Gargano, tu roca fuerte terrenal,
yo te reconozco eterno defensor
de los Derechos de Dios en el Cielo y en la Tierra;
Custodio y Patrón Universal de la Iglesia Católica,
Luz y Guía de los Santos, de los sumos Pontífices,
de los Misioneros, y de todos aquellos
que luchan por la Fe de Jesucristo;
Luz y Guía de los Santos, de los sumos Pontífices,
de los Misioneros, y de todos aquellos
que luchan por la Fe de Jesucristo;
Humildemente te suplico que aceptes
mi Consagración a tu Celestial Persona.
mi Consagración a tu Celestial Persona.
Contra el Pecado, contra el Odio y las Tinieblas.
A ti te consagro mi persona,
mi cuerpo con todos sus sentidos,
mi Alma con sus potencias, mi familia,
mis bienes externos, presentes y futuros,
en una palabra:
todo lo que me pertenece y me es querido.
mi cuerpo con todos sus sentidos,
mi Alma con sus potencias, mi familia,
mis bienes externos, presentes y futuros,
en una palabra:
todo lo que me pertenece y me es querido.
Po mi parte te prometo que,
con la ayuda de DIOS,
en toda circunstancia y con valentía,
bajo el estandarte de la Cruz y renovando tu grito:
con la ayuda de DIOS,
en toda circunstancia y con valentía,
bajo el estandarte de la Cruz y renovando tu grito:
“¿Quién como Dios?”,
afirmare contra el enemigo del Bien
mi firme voluntad de defender, amar
y hacer conocer el Santo Nombre de Dios,
de María, de San José y tu Glorioso nombre,
oh San Miguel Arcángel.
Me esforzaré por vencer al mal haciendo el bien,
procurando amar a Dios y al Prójimo
y observando fielmente los Mandamientos de Dios y,
los preceptos de la Santa Iglesia Católica Romana.
afirmare contra el enemigo del Bien
mi firme voluntad de defender, amar
y hacer conocer el Santo Nombre de Dios,
de María, de San José y tu Glorioso nombre,
oh San Miguel Arcángel.
Me esforzaré por vencer al mal haciendo el bien,
procurando amar a Dios y al Prójimo
y observando fielmente los Mandamientos de Dios y,
los preceptos de la Santa Iglesia Católica Romana.
Te suplico que me bendigas,
me defiendas y me cuides,
oh San Miguel Arcángel,
y que pongas mi nombre
en el Libro eterno de la vida beatífica.
Tú eres el que aquilatas y presentas las Almas a Dios;
tú que eres el Primer Príncipe del Paraíso,
ruega por mí, ahora y en la hora de mi muerte.
me defiendas y me cuides,
oh San Miguel Arcángel,
y que pongas mi nombre
en el Libro eterno de la vida beatífica.
Tú eres el que aquilatas y presentas las Almas a Dios;
tú que eres el Primer Príncipe del Paraíso,
ruega por mí, ahora y en la hora de mi muerte.
Oh San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.